ELLA ÉS LA DONA QUE VE DEL MAR es un concierto visual, con música y voz contemporáneas. Creado y dirigido por Empara Rosselló con Quentin Clemence en sombras virtuales, Iván Santa en piano y Empara Rosselló en voz e interpretación. Es poético, interdisciplinario e inclusivo, que nos habla de cuidar el medioambiente, con nuevas tecnologías de sombras virtuales.
La obra nos habla del mar, de cuidarlo. Es un concierto chamánico, transformador, a partir de las diferentes acciones que van apareciendo. La obertura es una coreografía con un abanico que limpia el ambiente y la energía. Con cánticos basados en textos del poeta Verdaguer y composición musical e interpretación por Empara Rosselló. Ivan Santa acompaña todo el espectáculo desde el piano. Una danza con espada como símbolo de renovación, de hundir todos los obstáculos y renacer a un mundo mejor. Y una leyenda barcelonesa de la mitología catalana: ‘El viejo y el mar’, inspirada en el ‘Pansori’ coreano, una serie de relatos épicos cantados, en este caso por Empara Rosselló, acompañada por la percusión de un auténtico
tambor coreano, con Ivan Santa al tambor.
La obra cuenta con las sombras virtuales desarrolladas por Quentin Clemence, basada en la simulación digital del comportamiento de la luz y la creación de sombras tridimensionales en un entorno virtual. Utilizando Blender 3D y otras tecnologías, este sistema permite manipular fuentes de luz, objetos y pantallas para generar efectos imposibles en el mundo real como la refracción de las sombras (cáusticas) y el efecto de botella de luz. Esta experimentación se combinará con composiciones vocales de Ampara Rosselló, creando un diálogo innovador entre música, luz y movimiento.
Al final del espectáculo, el público participa y se realiza el exorcismo: una meditación grupal en la que se crean una serie de armónicos para limpiar el mar. Empara Rosselló ha llevado a cabo esta experiencia fuera del contexto de este espectáculo en numerosas ocasiones: en clases con alumnos, con colegas americanos del Fluxus en Nueva York (quienes, curiosamente, también lo hacían), e incluso en una iglesia románica cerca de Montserrat, donde por la mañana “mataban el cerdo” y por la noche parecían “monjes de Poblet”. Es una experiencia extraordinaria.
El mar es esencialmente vida, una de las partes más importantes de nuestro planeta. Siempre ha formado parte de la vida de Empara, es el oráculo donde consultar dudas, es el horizonte donde meditar y proporciona una calma existencial que se siente cerca y a la vez en la lejanía. El mar es como una gran madre que nos da vida, alegría, placer y siempre nos acoge generosamente. Debemos amarlo y cuidarlo, recuperar el mar azul, transparente y con toda la vida que alberga, con todo el respeto y la veneración que merece.
https://vimeo.com/1019455928